sábado, 6 de octubre de 2007

Diccionario Cínico - Español - Cínico

(La terminología esta extraída del “Diccionario del Diablo” de Ambrose Bierce)

Acreedor, s. Miembro de una tribu de salvajes que viven más allá del estrecho de las Finanzas; son muy temidos por sus devastadoras incursiones.

Admitir, v. t. Confesar. Admitir los defectos ajenos es el deber más alto que nos impone el amor de la verdad.

Aire, s. Sustancia nutritiva con que la generosa Providencia engorda a los pobres.

Amistad, s. Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno solo en caso de tormenta.

Anormal, adj. Que no responde a la norma. En cuestiones de pensamiento y conducta ser independiente es ser anormal y ser anormal es ser detestado. En consecuencia, el autor aconseja parecerse más al Hombre Medio que a uno mismo. Quien lo consiga obtendrá la paz, la perspectiva de la muerte y la esperanza del Infierno.

Año, s. Período de trescientos sesenta y cinco desengaños.

Baco, s. Cómoda deidad inventada por los antiguos como excusa para emborracharse.

Belladona, s. En italiano, hermosa mujer; en inglés, veneno mortal. Notable ejemplo de la identidad esencial de ambos idiomas.

Belleza, s. Don femenino que seduce a un amante y aterra a un marido.

Boda, s. Ceremonia por la que dos personas se proponen convertirse en una, una se propone convertirse en nada, y nada se propone volverse soportable.

Bruto, s. Ver Marido.

Calamidad, s. Recordatorio evidente e inconfundible de que las cosas de esta vida no obedecen a nuestra voluntad. Hay dos clases de calamidades: las desgracias propias y la buena suerte ajena.

Celoso, adj. Indebidamente preocupado por conservar lo que sólo se puede perder cuando no vale la pena conservarlo.

Cementerio, s. Terreno suburbano aislado donde los deudos conciertan mentiras, los poetas escriben contra una víctima indefensa y los lapidarios apuestan sobre la ortografía.

Cínico, s. Miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser.

Cobarde, adj. Dícese del que en una emergencia peligrosa piensa con las piernas.

Comercio, s. Especie de transacción en que A roba a B los bienes de C, y en compensación B sustrae del bolsillo de D dinero perteneciente a E.

Confidente, s. Aquél a quien A confía los secretos de B, que le fueron confiados por C.

Dentista, s. Prestidigitador que nos pone una clase de metal en la boca y nos saca otra clase de metal del bolsillo.

Diario íntimo, s. Registro cotidiano de aquellos episodios de la vida que uno puede contarse a si mismo sin sonrojo.

Diluvio, s. El primero y más notable de los experimentos de bautismo, que lavó todos los pecados (y los pecadores) del mundo.

Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más en sí mismo que en mí.

Emoción, s. Enfermedad postrante causada por el ascenso del corazón a la cabeza. A veces viene acompañada de una copiosa descarga de cloruro de sodio disuelto en agua, proveniente de los ojos.

Entusiasmo, s. Dolencia de la juventud, curable con pequeñas dosis de arrepentimiento y aplicaciones externas de experiencia

Epitafio, s. Inscripción que, en una tumba, demuestra que las virtudes adquiridas por la muerte tienen un efecto retroactivo

Gato, s. Autómata blando e indestructible que nos da la naturaleza para que lo pateemos cuando las cosas andan mal en el círculo doméstico

Glotón, s. Persona que escapa a los riesgos de la moderación incurriendo en dispepsia.

Hiena, s. Bestia reverenciada por algunos pueblos orientales, gracias a su costumbre de saquear los cementerios. Lo mismo hacen los estudiantes de medicina.

Hogar, amargo hogar.

Humildad, s. Paciencia inusitada para planear una venganza que valga la pena.

Idiota, s. Miembro de una vasta y poderosa tribu cuya influencia en los asuntos humanos ha sido siempre dominante. La actividad del Idiota no se limita a ningún campo especial de pensamiento o acción, sino que "satura y regula el todo". Siempre tiene la última palabra; su decisión es inapelable. Establece las modas de la opinión y el gusto, dicta las limitaciones del lenguaje, fija las normas de la conducta.

Libertino, s. El que ha corrido tras el placer con tanto ardor, que tuvo la desgracia de pasarlo de largo.

Loco, adj. Dícese de quien está afectado de un alto nivel de independencia intelectual; del que no se conforma a las normas de pensamiento, lenguaje y acción que los conformantes han establecido observándose a sí mismos; del que no está de acuerdo con la mayoría; en suma, de todo lo que es inusitado.

Matrimonio, s. Condición o estado de una comunidad formada por un amo, un ama y dos esclavos, todos los cuales suman dos.

Residente, s. y adj. El que no puede irse.

Rezar, v. i. Pedir que las leyes del universo sean anuladas en beneficio de un solo peticionante, confesadamente indigno.

Rumor, s. Arma favorita de los asesinos de reputaciones.

Santo, s. Pecador fallecido, revisado y editado.

Vida, s. Especie de salmuera espiritual que preserva al cuerpo dela descomposición. Vivimos en diario temor de perderla; cuando sepierde, sin embargo, no se la echa de menos. La pregunta "¿Vale lapena vivir?" ha sido muy debatida, en particular por los que opinan que no; algunos de ellos escribieron extensos tratados en apoyo de esa idea y gracias a un minucioso cuidado de su salud, disfrutaron durante muchos años los honores de una exitosa controversia.

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